Nos hallamos sin duda ante la pieza mayor de propaganda del Ejército Libre de Siria. Oussama mohammed cineasta profesional sirio nos ofrece la mayor basura vista en salas de cines desde hace décadas. Para ello no duda en dejar los escrúpulos en casa (que al parecer hoy en día está a miles de kilómetros de su tan amada patria Siria) y castigar la sensibilidad, buen juicio y discernimiento de todo espectador que los posea.
Lo que se nos presenta como un documental revolucionario confeccionado con videos de Youtube reales, no es más que un enorme pasquín fílmico de ínfima calidad y de una bajeza moral realmente sorprendente. No obstante el director es astuto, sabe cuál es su misión, que mensaje quiere dar y como quiere llegar y ganar a su público.
Este público objetivo es evidentemente occidental. Es la razón de ser de este atentado al cine y a la dignidad humana y animal. Un público bien posicionado desde una perspectiva social y económica. Superficial, influenciable y tan asiduo a los festivales y actos pretendidamente alternativos como permeable a unos mensajes de los medios de comunicación y de izquierdismo atlantista que en nada ha cambiado sus puntos de vista y su amor al cliché desde hace más de dos décadas.
Porqué lo que narra la película no es nuevo. Acude a la ficción más maniquea de buenos y malos, de causas justas contra tiránicas fieras sanguinarias infrahumanas. En esta película los buenos son los manifestantes y los malos los hombres de Al-Assad y los soldados defensores del estado laico de la República Árabe de Siria. Es exactamente lo mismo que nos mostraban los filmes propagandísticos del FIS en Argelia; la lucha de la democracia contra la corrupción y autoritarismo socialista del FLN. O la causa bosnio-musulmana que tanto movió a los ama-causas progres del momento , hoy olvidada pero que lleno las pantallas de desinformación y odio. Como silenciados están los crímenes y las tácticas de quienes empezaron el baño de sangre, enmascarándose bajo una libertad que querían para ellos pero que negaban a los demás, llegando en no pocas ocasiones a arrebatarles la vida en busca de la respuesta esperada. Una violencia de la que el mundo será testigo y ellos victimas una vez hayan conseguido provocar la reacción adecuada.
Cada escenario, por supuesto tiene sus particularidades e historia. No es lo mismo Siria que Bosnia, Argelia o Libia. Pero hay patrones sospechosamente parecidos. Lo que parece extasiar y obnubilar a los bien pensantes y a los jurados de festivales, productores y distribuidores de pelaje varío es que en esta película se usan fragmentos de YouTube. La realidad máxima. Lo incontestable, más real que la vida o que la muerte misma como se ensaña en reiterarnos esta película con escenas nauseabundas de partos, torturas, mutilaciones y muertes infantiles.
¿Pero esta realidad es acaso espontanea? Por supuesto que no. Esta deliberadamente construida para la ocasión. El montaje y la estructura de la película obedecen a unas intenciones muy concisas. El director nos habla de 1001 videos de los sufridos sirios (excluyendo a las minorías que componen casi la mitad de la población que se apoyan en el gobierno de Al Assad hijo por mera supervivencia) en un claro y buscado paralelismo con las 1001 noches. Al ser esta una referencia que casi todo occidental mínimamente alfabetizado sabrá identificar y que agradecerá si su interés hacia Oriente no va más allá de algún tópico y de una ignorancia que manifiesta la verdadera importancia que tiene para él esa parte del mundo y sus gentes.
La película de este director sirio afincado y pagado en Francia debe acudir a una referencia que le de respetabilidad artística, que le otorgue pedigrí para tener una coartada intelectual, que le permita enseñarnos videos de mala calidad, que no quiere mejorar, para que así sean más auténticos. Lo solventa con uno de los Sancta Sanctórum del cine de autor, de ensayo o directamente del establishment pedante del gafa pasta sabelotodo como es Hiroshima Mon Amour. De este filme copia la estructura, en la que se establece un dialogo entre dos personajes, el propio director desde el exilio y una supuesta maestra kurda que sufre las terribles condiciones de los cruentos combates en Homs. Así como la relación filmada en “tiempo e imagen real” y la realidad ajena más inmediata en imágenes de archivo(youtube en el caso que nos ocupa). Entre medias de un hilo argumental que no existe sino es para denunciar la crueldad, torpeza y sadismo del llamado régimen sirio, se van sucediendo imágenes de una virulencia extrema. Con una especial fijación por los cadáveres infantiles, las morgues y hospitales tras ataques que no se ven nada claros ni quienes participan en ellos, y una casi delectación por mostrarnos, para conmocionar, gatitos destrozados, quemados, mutilados, agonizantes. Esto consigue que en la platea se oigan sollozos. Que una pareja de niños se nos presenten en una foto felices y plano siguiente en cadáveres amortajados implica un trato tan denigrante ; cuyo contenido y abuso de este tipo de imágenes sólo puede ser denominado como atentado a la infancia. Sus contenidos son ilícitos y su uso es pornográfico, sin cortapisas.
Llegan a usar a los niños con fines políticos. Menores de diez años gritan ante la alegría de su filmador, que no es de YouTube precisamente; que son y quieren a los rebeldes.Entre risas insultan al Assad. En otra ocasión la joven kurda, después de dudar por su integridad física por si sale a la calle y se encuentra con los luchadores por la liberta que aunque loados en la película con kaslashnikov , barbas y allah akbar a pleno pulmón pueden albergar malas intenciones contra el sexo femenino. Sin embargo como los niños anteriores, es la integridad de los menores de edad la que se pone en peligro no sólo por adoctrinarlos sino por como esta maestra hace cruzar sic” una calle en la que hay francotiradores” a un niño de cuatro años que corretea como puede. Todo esto tras hacerle visitar la tumba todavía abierta de su padre. Estos son algunos de los pasajes “humanistas” y conmovedores con los que la película articula su mensaje.
El dogma político está bien presente desde sus primeros y horribles compases. No se nos explica, ni se contextualiza absolutamente nada. Vemos un helicóptero, oímos gritos de dolor, sangre, imagen borrosa. Así empieza la rebelión como reacción a una brutalidad y corrupción que nadie duda que exista en Siria pero que no explica ni porque sucedieron esos incidentes en Deraa en 2011, ni porque sólo se nos habla de la zona rebelde de Homs, santuario de la rebelión islamista suní más que para ilustrarnos con atroces secuencias. Ni porque ,si tan pacíficos fueron los inicios de la revuelta en una clara alusión a las modélicas primaveras árabes costaron la vida a centenares de policías y militares de los que no se dice nada en la película. Si no es para ridiculizarlo o alegrarse de que sean los cazadores –cazados. La castigadísima ciudad de Homs ocupa casi toda la película, pero también sería lícito además de argumentar que como la guerra es terrible yo te muestro a un señor con el cuello y la cabeza abiertas de porque en esa ciudad aún se traban combates y no ha sido tomada por el ejército sirio tras tres años de combate. Será que hay muchos señores con barba y lanza -misiles fuera de plano y que los realmente desvalidos nos los muestran descarnados y dolientes como soporte indispensable del mensaje victimista.
Que una de las voces sea kurda para dar un matiz de multietnicismo a la causa anti Assad que precisamente es lo opuesto a lo perseguido por la revuelta islamista de signo suní es una declaración de intenciones. Algo que nos hace recordad a la Bosnia o Kosovo multiétnicos. Es una muestra más de la perversión del lenguaje de la película. Recordemos que estas dos ciudades son rurales, muy conservadoras en lo religioso y por lo tanto en los político y social, y de mayoría suní que solivianta su sentimiento de maltrato y discriminación masacrando al resto de etnias y confesiones.
Se habla de amor a Siria mientras se maldice y culpabiliza a los Assad de la destrucción de Siria en la parte final cuando es bastante factible pensar que sin el régimen socialista instaurado por ellos, Siria no existiría tal como que es hoy, a pesar de la guerra, pues los fundamentos nacionales son indisolubles al socialismo del Baas tan denostado en el filme. La perfidia y el doble lenguaje llega a mencionar el inicio de la represión asesina de Bachir Al Assad con el 9 de Mayo, la fecha de la victoria contra el nazismo. Esto se dice por dos o tres veces, no puedo asegurarlo ya que el final de la película se hace interminable y la naturaleza embrutecedora de este despropósito nubla cualquier entendimiento .Primero, según baremos estrictamente cronológicos no es cierto. Y segundo el nueve de mayo sólo es celebrado por los países ex socialistas, ideología de la que se burla varias veces. El objetivo no es más que apelar al victimismo, pedir otra vez ayuda internacional, es decir otra intervención humanitaria para salvar al pueblo sirio de su tirano. A tal fin se busca el impacto con una continua sucesión de imágenes de cuerpos destrozados ,torturas, lloros y allah akbar como banda sonora. Se apela a las "buenas conciencias"( analfabetos cuya mayor virtud es que estas situaciones se repitan una y otra vez y perduren sus trágicas consecuencias) para derrotar a un nuevo Hitler.
La esperanza está en los cielos por partida doble, por Allah y por la OTAN. Pero la película llega tarde. Ya sabemos quién está detrás de la revuelta, ya sabemos quién decapita. Conocemos también la multiculturalidad y respeto hacia el culto cristiano, las etnias minoritarias y las mujeres que ha sido propagado por esta revolución. No sé si de forma voluntaria, pero el director nos pasa imágenes de la Siria de los sesenta en las cuales las jóvenes llevan melenas al viento, gafas de sol, ropa occidental que contrasta notablemente con “su” Siria actual en la cual no hay una sola mujer con la cabeza o los codos descubiertos.
La guerra es terrible, atroz, inhumana y aberrante. Eso desgraciadamente no es ninguna novedad. Pero una vez empieza es muy difícil ponerle freno hasta que el salvajismo y los recursos se agotan llevándose consigo miles de vidas como este caso y millones de desplazados creando un enorme drama que la película no quiere analizar.
Le importa loar a los suyos. Los que han empezado la guerra. El Ejército Libre de Siria que se ve como heroico y como fruto de una explosión de libertad popular. Una revuelta por la libertad que se ha pasado en gran número a Alqaeda primero y al ISI después. Hoy son Kurdos, suníes e iraquíes quienes deben apoyarlo para que pueda mantenerse unido en su lucha contra sus antiguos compañeros de armas.
La intervención por la que aboga desde el minuto uno hasta el último no llegará. Como dije es tarde. La película ha sido financiada por la Francia de Hollande que en el momento de producción del filme quería bombardear a toda costa a Al Assad ,en un lenguaje más duro que el empleado por USA y que obligaba a Europa a intervenir. Hoy , ya no está por la labor. La película no es más que una vomitiva muestra de propaganda de un momento cuya coyuntura política ha cambiado pero que seguirá causando muerte y dolor. Porque eso es una guerra, y no necesitamos adoctrinadores de la manipulación con lenguaje visual de Snuff movies ni gurús de la causas libertarias que vengan a insultar nuestra inteligencia ni nuestra sensibilidad con esta bazofia.
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