La Llama Eterna

La Llama Eterna
Dedicada a los partisanos que el 6 de Abril de 1945 expulsaron al invasor fascista de Yugoslavia. En el muro se recoge la participación de las brigadas de diversos orígenes,bosniohercegovina,croatas,montenegrinas y serbias que participaron en la triunfal ofensiva. El ideal, la victoria y la muerte les unieron en el pasado. Hoy el recuerdo sigue vivo en Sarajevo, a salvo del nacionalismo intoxicador ¿Hasta cuando?

sábado, 17 de agosto de 2019

Croacia: Mala memoria y peores intenciones

A finales del mes pasado, la presidenta de Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic fue a Israel en visita de estado. Recibida por el presidente del país hebreo, Rivlin, se abordaron diversos temas. Pese a los grandes recelos israelís por el papel del estado croata hacia las minorías, los actos de enaltecimiento de los ustachas(fascistas y genocidas de los cuales los croatas de hoy se reconocen como herederos) las relaciones diplomáticas aunque tirantes son fluidas.
La geopolítica y aspectos económicos en menor medida posibilitan que uno de los países más netamente antisemitas de Europa sea a la hora de las votaciones y acuerdos en Naciones Unidas, un aliado de Israel y un voto a favor en cumbres internacionales.
Sin duda esta visita ha sido vista por Netanyahu como una ocasión para afianzar sus redes diplomáticas en un intento de recabar apoyos y legitimidad para su política frente a Irán y la escalada de tensión que se está viviendo desde hace meses en el Golfo, fruto a su vez, del desacuerdo nuclear , las sanciones por parte de EEUU, y por supuesto la guerra de Siria, tras ocho interminables años y también la ignorada guerra del Yemen.

Israel necesita de Europa para poner en marcha sus iniciativas, y paradójicamente lo hace en buena medida gracias a los países del Este. Los cuales  tienen un historial negacionista y revisionista cuando no enaltecedor de los crímenes cometidos durante el holocausto.
Sin duda Croacia, junto con Lituania se lleva la palma, en cuanto a reconocimiento y glorificación de sus criminales y exterminadores del pasado, como auténticas glorias nacionales y padres de la patria.

Aunque la UE, haya puesto, en Croacia menos que en cualquier otra parte, un mínimo empeño para mantener vivo el respeto hacia la comunidades víctimas de la Shoah (desaparecen de esta ecuación  los serbios, comunistas y gitanos), los resultados son insignificantes y más una coartada a tres bandas, también para Israel en aras de la obtención  de  un beneficio mutuo  real que un plan dotado de contenido.

Obviamente el gobierno croata es el primer interesado, ya que además de  recibir fondos de ambas partes, se fotografía con “la parte correcta de la historia”, efectúa un mediático y superficial lavado de cara de responsabilidades y declaraciones pasadas, y lo usa para sus propios fines políticos.
En el cual las denuncias de sectores sociales y políticos israelíes, con la fundación Simón Wiesenthal  como buque insignia, muy por encima por cierto que los europeos, atacan la hipocresía ,cinismo e intolerable tergiversación histórica de los políticos croatas que equiparan al nazismo con comunismo, justificando  así sus crímenes, relativizando su papel en el holocausto disfrazándolo de cruzada nacional contra la "opresión comunista invasora”, siendo los colaboracionistas las propias víctimas  para su enfermiza distorsión nacionalista, aquellos que  sí lucharon contra  el fascismo y en la mayoría de los casos lo perdieron todo, incluso la vida.

Cabe recordar los múltiples toques de atención por parte de la UE y denuncias por parte de Israel del revisionismo y continua falsificación croata de lo sucedido en Jasenovac.
Aunque el esfuerzo serbio ha sido mayor y continuado, llevándolo a instancias de arbitraje internacional y a la ONU no ha conseguido más éxito que en su lucha contra el terrorismo kosovar y el tráfico de órganos.
El logro en cualquier caso ha sido nulo, visto que se han presentado libros subvencionados por el gobierno tildando las matanzas de 100,00 personas en este campo de exterminio como montajes.
La Croacia de Pavelic, que comprendía Bosnia y recibió el apoyo bosnio musulmán, no necesitó  de tropas nazis para llevar a cabo el exterminio e incluso deportación de su  población hebrea, se bastaron ellos solos. 
Nunca existió ocupación sólo colaboración con los nazis y fascistas italianos, pese a las infames tergiversaciones posteriores.

Han llegado incluso a negar, en fechas recientes el asesinato masivo de niños, en una campaña de intoxicación de una vileza, sin duda heredera directa en espíritu de aquellos que cometieron el único genocidio que han conocido las tierras yugoslavas.

Recomiendo encarecidamente pese a su dureza, este documental:
realizado por Lordan Zafranovic, ciudadano yugoslavo de  afiliación croata que gracias a este  y otros trabajos los cuales aconsejo busquen  y  su postura crítica netamente antifascista ha sido no sólo criticado y amenazado sino que se la ha negado su nacionalidad de nacimiento, la croata.

Esta falsificación busca un objetivo que no es otro que mantener el poder por aquellos que rompieron la convivencia, y provocaron la guerra civil yugoslava con el fin que el odio, la enemistad irreconciliable, el aislamiento, la pureza  étnica, ideológica y religiosa perduren, personificando como enemigos a otras comunidades, sean ya vecinos, conciudadanos u minorías maltratadas y discriminadas dentro de sus fronteras.

Pese a que incluso por parte de Israel se llegó a invitar a Croacia por el 75 aniversario de la liberación de Auswitch, en un ejercicio de cinismo descabellado, como heredera de Yugoslavia, los recelos existen. Con la confianza que eso además de la posteriormente frustrada venta de armamento, el gobierno croata se comprometiera a construir un monumento conmemorativo a las víctimas del holocausto, que ya ha recibido críticas por parte de la diáspora judía por su indefinición.

A pesar que tanto Croacia como las repúblicas bálticas, u otros países del Este como Polonia, Hungría, Rumanía o el caso extremo y desconcertante de Ucrania continúen con su campaña antisemita, estos países admiran los logros de Israel en el campo agrícola y en el tecnológico. También por supuesto los principios sionistas de gobierno, pero sobretodo de identidad y construcción nacional.

Que el ministerio de educación croata retire el libro de Ana Frank como lectura escolar, por su falta de interés y partidismo, mientras que se evita glosar  el sufrimiento y valor de los ustasis contra el genocidio comunista es lo suficientemente esclarecedor.

El gobierno de Israel naturalmente, nunca respetará a Croacia, muestra de ello es la pequeña polémica que se produjo tras la felicitación del embajador croata al gobierno croata por su día nacional, al que no pocos israelís asociaron al régimen genocida de Pavelic, y también a la Operación Tormenta sobre la Krajina croata que supuso la mayor limpieza étnica desde el fin de la segunda guerra Mundial y los intercambios poblacionales greco-turcos.

Tampoco lo  tendrá como socio preferente, pero dada la oposición frontal de Europa occidental a la mayoría de sus planes políticos, necesita cosechar otros votos dentro de Naciones Unidas, y los países del Este le ofrecen sus votos. 
Desequilibrios de la “RealPolitik”