A finales del mes pasado, la presidenta de
Croacia, Kolinda Grabar-Kitarovic fue a Israel en visita de estado.
Recibida por el presidente del país hebreo, Rivlin, se abordaron diversos
temas. Pese a los grandes recelos israelís por el papel del estado croata hacia
las minorías, los actos de enaltecimiento de los ustachas(fascistas y genocidas
de los cuales los croatas de hoy se reconocen como sus herederos) las
relaciones diplomáticas aunque tirantes son fluidas.
La geopolítica y aspectos
económicos en menor medida posibilitan que uno de los países más netamente
antisemitas de Europa sea a la hora de las votaciones y acuerdos en Naciones Unidas,
un aliado de Israel y un voto a favor en cumbres internacionales.
Sin duda esta visita ha sido
vista por Netanyahu como una ocasión para afianzar sus redes diplomáticas en un
intento de recabar apoyos y legitimidad para su política frente a Irán y la
escalada de tensión que se está viviendo desde hace meses en el Golfo, fruto a
su vez, del desacuerdo nuclear , las sanciones por parte de EEUU, y por
supuesto la guerra de Siria, tras ocho interminables años y también la ignorada
guerra del Yemen.
Israel necesita de Europa para
poner en marcha sus iniciativas, y paradójicamente lo hace en buena medida
gracias a los países del Este, quienes tienen un historial, negacionista y
revisionista cuando no enaltecedor de los crímenes cometidos durante el
holocausto.
Sin duda Croacia, junto con Lituania se lleva
la palma, en cuanto a reconocimiento y glorificación de sus criminales y
exterminadores del pasado, como auténticas glorias nacionales y padres de la
patria.
Aunque la UE, haya puesto, en
Croacia menos que en cualquier otra parte, un mínimo empeño para mantener vivo
el respeto hacia la comunidades víctimas de la Shoah (desaparecen de esta ecuación
los serbios, comunistas y gitanos), los
resultados son insignificantes y más una coartada a tres bandas, también para
Israel en aras de la obtención de un beneficio mutuo real que un plan dotado de contenido.
Obviamente el gobierno croata
es el primer interesado, ya que además de recibir fondos de ambas partes,
se fotografía con “la parte correcta de la historia”, efectúa un mediático y
superficial lavado de cara de responsabilidades y declaraciones pasadas, y lo usa
para sus propios fines políticos.
En el cual las denuncias
de sectores sociales y políticos israelíes, con la fundación Simón Wiesenthal como buque insignia, muy por encima por cierto
que los europeos, atacan la hipocresía ,cinismo e intolerable tergiversación histórica
de los políticos croatas que equiparan al nazismo con comunismo,
justificando así sus crímenes, relativizando su papel en el holocausto disfrazándolo
de cruzada nacional contra la "opresión comunista invasora”, siendo los
colaboracionistas las propias víctimas para su enfermiza distorsión
nacionalista, aquellos que sí lucharon contra el fascismo y en la
mayoría de los casos lo perdieron todo, incluso la vida.
Cabe recordar los múltiples
toques de atención por parte de la UE y denuncias por parte de Israel del
revisionismo y continua falsificación croata de lo sucedido en Jasenovac.
Aunque el esfuerzo serbio ha sido mayor y
continuado, llevándolo a instancias de arbitraje internacional y a la ONU no ha
conseguido más éxitos que en su lucha contra el terrorismo kosovar y el tráfico
de órganos.
El éxito en cualquier caso ha sido nulo,visto
que se han presentado libros subvencionados por el gobierno tildando las
matanzas de 100,00 personas en este campo de exterminio como montajes.
La Croacia de Pavelic, que comprendía
Bosnia y recibió el apoyo bosniomusulmán, no necesitó de tropas nazis para llevar a cabo el
exterminio e incluso deportación de su población hebrea, se bastaron ellos mismos.
Nunca existió ocupación sólo colaboración con los nazis y fascistas italianos,
pese a las infames tergiversaciones posteriores.
Han llegado incluso a negar, en
fechas recientes el
asesinato masivo de niños, en una campaña de intoxicación de una vileza,
sin duda heredera directa en espíritu de aquellos que cometieron el único
genocidio que han conocido las tierras yugoslavas.
Recomiendo encarecidamente pese
a su dureza, este documental https://www.youtube.com/watch?time_continue=1032&v=xoFhTxt-3eE realizado
por Lordan Zafranovic, ciudadano yugoslavo de afiliación croata que
gracias a este y otros trabajos los cuales aconsejo busquen y
su postura crítica netamente antifascista ha sido no sólo criticado y amenazado
sino que se la ha negado su nacionalidad de nacimiento, la croata.
Esta falsificación busca un
objetivo que no es otro que mantener el poder por aquellos que rompieron la convivencia,
y provocaron la guerra civil yugoslava con el fin que el odio, la enemistad irreconciliable,
el aislamiento, la pureza ideológica y religiosa perduren , personificando como
enemigos a otras comunidades, sean ya vecinos, conciudadanos u minorías
maltratadas y discriminadas dentro de sus fronteras.
Pese a que incluso por parte de
Israel se llegó a invitar a Croacia por el 75 aniversario de la liberación de
Auswitch, en un ejercicio de cinismo descabellado, como heredera de Yugoslavia,
los recelos existen. Con la confianza que eso además de la posteriormente
frustrada venta de armamento, el gobierno croata se comprometiera a construir
un monumento conmemorativo a las víctimas del holocausto, que ya ha recibido
críticas por parte de la diáspora judía por su indefinición.
A pesar que tanto Croacia como
las repúblicas bálticas, u otros países del este como Polonia, Hungría, Rumanía
o el caso extremo y desconcertante de Ucrania continúen con su campaña
antisemita, estos países admiran los logros de Israel en el campo agrícola, y
en el tecnológico, y por supuesto los principios sionistas de gobierno, pero
sobretodo de identidad y construcción nacional.
Que el ministerio de educación croata
retire el libro de Ana
Frank como lectura escolar, por su falta de interés y partidismo,
mientras que se evita glosar el sufrimiento y valor de los ustasis contra
el genocidio comunista es lo suficientemente esclarecedor .
El gobierno de Israel
naturalmente, nunca respetará a Croacia, muestra de ello es la pequeña polémica
que se produjo tras la felicitación del embajador croata al gobierno croata por
su día nacional, al que no pocos israelís asociaron al régimen genocida de
Pavelic, y también a la Operación Tormenta sobre la Krajina croata que supuso
la mayor limpieza étnica desde el fin de la segunda guerra Mundial y los
intercambios poblacionales greco-turcos.
Tampoco lo tendrá como
socio preferente, pero dada la oposición frontal de Europa occidental a la
mayoría de sus planes políticos, necesita cosechar otros votos dentro de
Naciones Unidas, y los países del Este le ofrecen sus votos. Desequilibrios de
la “RealPolitik”