Cuatro de Agosto de 2015. Se cumplen veinte años de la Operación
Tormenta (Oluja).Los festejos se prolongaran durante toda la
semana.
Sin duda el acto más significativo y a la vez espectacular fue el
gran desfile conmemorativo que tuvo como escenario la capital croata. Las
calles de Zagreb se engalanaron y miles y miles de ciudadanos vitorearon y
aleatoriamente guardaron un admirativo silencio ante el paso de la comitiva militar.
Tres mil soldados del ejército croata, unos 300 voluntarios antiguos
combatientes, más de trescientos vehículos de combate y una treintena de
aviones y helicópteros de combate participaron en el imponente desfile.
El gobierno, en manos del HDZ no desaprovechó la oportunidad de celebrar
con fasto lo que en Croacia consideran la victoria final sobre el eterno y
execrable enemigo serbio y el punto y final a una guerra que causó en ambos
bandos más de veinticinco mil víctimas mortales.
Algo más de tres millares de serbios murieron en la operación. El 60 % de
las víctimas fueron civiles, los desplazados superaron el cuarto de millón, aún
hoy muchos siguen siendo refugiados ,ciudadanos
de un país que ya no existe.
Por la parte croata cayeron menos de doscientos militares según reconocen
fuentes oficiales croatas. La disparidad evidencia la aplastante superioridad
militar y el apoyo externo tanto bélico como veladamente diplomático que USA y
Europa ,( especialmente Alemania )concedió a Franjo Tudjman para que
pusiera fin a la guerra con una gran victoria y una limpieza étnica que le diera
la supremacía absoluta sobre la Krajina y Eslavonia situadas en territorio croata.
De esta manera se evitaba que importantes áreas serbofonas se unieran a las
existentes de Bosnia Herzegovina y siguieran manteniendo la espina vertebral de
una Federación serbo-yugoslava. Concepto diametralmente opuesto al de una
Gran Serbia tan reiterado por los medios.
El triunfo mediático también fue croata y a pesar de la glorificación del
régimen genocida de Pavelic, los crímenes de guerra, el asesinato de
periodistas y de cascos azules, el antisemitismo o la masacre de los siempre
incólumes e inocentes bosnio-musulmanes, la imagen de Croacia no tiene las
sombras que su macabro pasado deja al descubierto.
Por ello, un país perteneciente a la UE, puede organizar un desfile en la
que los militares ondeen banderas fascistas; enarbolen una enseña nacional y
canten un himno que son los mismos de los mayores colaboradores del holocausto
nazi apoyados nuevamente por Alemania, y bendecidos por el Vaticano. Y
sin embargo en el caso croata, no hay escándalo ninguno. E incluso resulta
difícil encontrar rastro de cierta crítica al discurso oficial en la mayoría de noticias
y reseñas escritas en español.
Si bien el padrinazgo y las facilidades otorgadas a Croacia son innegables,
no ha habido esa antigua unanimidad para la celebración del acto. Los gobiernos
alemanes, británico y estadounidense declinaron la invitación del gobierno
croata a que sus delegaciones participasen en "su"
desfile.
Una muestra más, no sólo de la hipocresía occidental , sino del
ilimitado agradecimiento croata y la importancia otorgadas a sus aliados
que tanto les ayudaron y merecían disfrutar de la ocasión y desfilar juntos,
hombro con hombro en un éxito común.
No obstante el baqueteado gobierno serbio, tras el lamentable acoso bosnio
musulmán que acabo en apedreamiento en Srebrenica y
los continuos agravios ,atropellos a los derechos fundamentales a la población
serbokosovar ha reaccionado y por una vez ha alzado la voz contra tamaña ofensa
en la que los políticos croatas hurgan y retuercen en las heridas
abiertas para perpetuarlas.
Y en esta misión ni socialdemócrata ni conservadores difieren:
"El primer ministro socialista Zoran Milanovic describe la
guerra como justa(sin abusos contra civiles )defensiva y humana.
La presidenta croata habla de heroica guerra de liberación nacional.
Solo una ONG
croata cuestiona el tan épico como ético relato e investiga y propine
encausar a varios militares por crímenes de guerra contra civiles, sin éxito ni
la menor repercusión hasta el momento.
Belgrado por su parte decidió instituir el día de la operación Tormenta
como el día de Recuerdo dedicado a las víctimas serbias y a los expulsados de
sus hogares. Haciendo con ello, un llamamiento a la concordia, al recuerdo, a
la paz y a la reconciliación.
Esta iniciativa a la que se sumó el primer ministro serbio con una
propuesta de un día a la memoria de todas las víctimas de la guerra civil
yugoslava no sólo fue ignorada sino que fueron otro motivo más de escarnio para
una Serbia derrotada veinte años después.
Que sin embargo no deja de ejercer su elemental derecho a la memoria
y exponer verdades como las dichas por su presidente Nikolic, ;
"Ellos no celebran la victoria contra el nazismo y el fascismo, el día
de la victoria sobre los campos de concentración y el genocidio. No
pueden ir contra sí mismos .En cambio sí celebran el día en que
asesinaron y expulsaron a miles de su propia gente. Con este desfile están
diciendo a los serbios que no vuelvan".
Los croatas no se limitaron únicamente a esto, pues en Knin, segunda plaza fuerte
de la conmemoración fascista-croata, eufóricos coreaban en un aire festivo,
inmersos en un ambiente bucólico ,rodeado de un bonito paisaje montañés bajo un
cielo de verano tachonado de banderitas croatas y trajes típicos coreaban
" Nosotros los croatas no bebemos vino, sino sangre de los chetniks."
A tan inequívocas estrofas siguieron otras aún más terribles e infamantes
que me da nauseas trascribir:
Za Dom Spremni”. Za Dom Spremni, grito de guerra que voceaban los asesinos
ustachas antes de exterminar a prisioneros judios,gitanos y serbios durante el
holocausto.
Que el asqueroso lema sigue de actualidad lo atestigua otra vez más el
"músico" ustacha Thompson que
también quiso contribuir a la celebración.
La jefa de gobierno croata Kitarovic ,sin quedarse a la zaga expresó en
palabras un hondo sentir general cargado de un revanchismo y cinismo
insultantes que fueron la respuesta al día de la memoria de las victimas
serbias:
"La gente que tiene su propia historia no puede ser borrada de la faz
de la tierra como algunos han intentado. La toma de Knin, Oluja, y los
valerosos defensores aquí reunidos no sólo forman parte de la gloriosa historia
croata sino que son el testimonio, la prueba viviente del valor de la magnífica
operación tormenta en la que se cimienta la moderna república de Croacia".
Similares razonamientos alegó el presidente del HDZ en el que considera
injustificados ataques serbios a la celebración:
"El día 5 de Agosto es uno de los días más grandes en la historia
croata y los serbios no pueden seguir basando su relación de vecindad en una
política de mitos, medias verdades y mentiras"
La quema de una bandera croata en Belgrado ante la propia embajada
balcánica por parte de Vojislav Seselj , líder del partido serbio SRS provocó
las encendidas protestas del gobierno croata. Fueron tachadas de inadmisibles
llevadas a cabo para un acusado por crímenes de guerra( absuelto tras 13
años de cárcel sin que las acusaciones hayan sido probadas) bajo la inacción de
la policía. Un gesto que nos retrotrae a la retórica de los años noventa".
Al parecer los croatas siguen prefiriendo la primera mitad de los años
cuarenta y el cómodo encaje en la UE de nuestros días como reflejo de sus
épocas doradas. Aunque tengan el arrojo y la infinita hipocresía de amenazar al
presidente serbio con una normalización que no llegará en sus relaciones por
sus afirmaciones (escritas anteriormente) ,relativas al estado que heredaron de
Pavelic ,sólo reconocido por Hitler, es inexacto, irrespetuoso e inadmisible.
Ergo son irrefutables.
En su descarga ante el inaceptable aniversario; el gobierno serbio apeló
sin resultado alguno a la herencia antifascista común con Europa, a la denuncia
de la exaltación pro-ustacha croata y a los valores que deben prevalecer en una
Europa Unida a la cual pertenece Croacia,(pero de la que Serbia queda excluida
como por otra parte no puede ser de otra manera) a la moral de la civilización
europea y la repetida negación de los derechos fundamentales de las minorías
serbias en Croacia.
Los sumarios de causas contra criminales de guerra croatas siguen su curso
en la fiscalía de Belgrado, sin demasiada confianza en que puedan cumplir algún
día con su función, que la ley y la justicia sean las que imperen.
En Vukovar,
ciudad mártir y heroica de Croacia, han sido eliminados todos los letreros y
señales en cirílico así como en 23 municipios dependientes a pesar de que la
población serbia conforme un tercio de la población y haya sido aprobada una
ley al respecto(al parecer sólo para la buena conciencia de la UE y para otras
minorías que no sean la serbia). El "bilingüismo" ha quedado anulado
por decisión de la Asamblea de Vukovar. Mientras el representante de las
minorías serbio deplora a la vez que constata la desigualdad de los serbios, a
los que se les arrebata sus más mínimos derechos ciudadanos ;se consolida la
venganza de Zagreb, otra vez más contra los serbios de Croacia como respuesta a
la airada reacción de Belgrado, más combativa de lo habitual.
Mientras el teniente
de alcalde de Vukovar se divierte cantando canciones ustachas y dando
vivas a Ante Pavelic en un bar.
Algunos son más europeos que otros.
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