Eduardo J. García
Yugoslavia, o lo queda de ella y de su ya para siempre mancillada historia(de esto vamos a hablar largo y tendido este 2014) sigue sufriendo las consecuencias de su derrota. El Tribunal de La Haya se encarga de velar por este cometido . Aunque su sed de justicia se haya tomado un receso coincidiendo con el fin del año y las vacaciones navideñas.
Aunque este no sea quizá el lugar idóneo , ni el que escribe sea un historiador, creo conveniente exponer una serie de evidencias claves para el devenir de la guerra y sus consecuencias posteriores:
El pueblo serbio fue culpable de ser el mayoritario y el predominante dentro de las fronteras administrativas yugoslavas. Serbia fue la única nación existente en Yugoslavia antes del estallido.
Serbia,Montenegro y los serbios repartidos en otras repúblicas (junto con el apoyo de miles de declarados "yugoslavos" de todas las repúblicas) apoyaron un modelo de estado federal y socialista ,continuador de la RFY. Pero Yugoslavia perdió la guerra, y la derrota es la peor mácula, la única en verdad irreversible.
El resto de las antiguas repúblicas tenían garantizada la impunidad procesal inherente a su independencia. Incluso Montenegro, cuya clase dirigente (por llamarla de alguna manera) se abrogó el derecho a su existencia como nación y su permanencia en el poder gracias a la complicidad del TPIY . Como consecuencia Bruselas y Washington la desvincularon de Yugoslavia a efectos económicos( colonizándola) y penales , amnistiando a la vieja guardia oportunista y facilitando las purgas políticas de los renuentes a Occidente presentándolas como vulgares luchas criminales-mafiosas.
El mayor beneficiado fue Milo Djukanovic presidente montenegrino y máximo impulsor de la independencia(otrora aliado de Milosevic y enemigo cerval de Croacia).
Pero tras dos décadas no sólo se ha perdido la batalla de la memoria, de la justicia, sino su mismo derecho a ser defendido.
Los juicios contra Mladic y Karadzjic continúan. No son los únicos, los máximos responsables serbio-yugoslavos de los campos de detención de Manjaca han declarado en un proceso paralelo gracias a la defensa de Karadzhic. Los militares se han defendido alegando que los campos de internamiento de prisioneros ofrecían todas las comodidades que eran posibles en una zona de guerra y que no existieron ejecuciones dentro del campo, y sí se produjeron abusos contra los prisioneros bosnios y croatas estos fueron aislados y ajenos a toda orden.
Esto como vemos es lenguaje militar puro y duro, y lo firma un oficial serbio como podría hacerlo un australiano, un francés o un ruso. Pensar en que no hubo maltratos ni desatención hacia los prisioneros es algo inconcebible. Extremo que ni los guardianes serbios niegan, pero pretenden relativizar, sea por su implicación personal, sea por otro hecho bastante más relevante. Obviamente los campos de internamiento de civiles van contra todo principio y ley , y quienes vulneran los derechos más elementales deben ser castigados. Todos. A eso se le llama justicia. Sin embargo tiene cierta trascendencia que ni el propio TPIY hable ya de campos de exterminio serbios, ni de holocausto yugoslavo. En primer lugar por que no hay pruebas tras veinte años de intensa búsqueda e investigación por parte de la fiscalia y en segundo lugar por qué todos los bandos utilizaron estos campos, siendo los bosniomusulmanes y los albanokosovares los peores, con una cantidad de muertes y torturas muy superior al resto de las facciones. Sin olvidar a los "pacíficos" eslovenos, quienes fueron los primeros en violar la convención de Ginebra al detener en instalaciones deportivas a reclutas del ejército yugoslavo , privarles de libertad , luz, agua y alimentos durante varios días y ejecutar a dos soldados desarmados con las manos en la cabeza.
Los campos fueron uno de los pilares de la propaganda de la izquierda occidental, y por supuesto de los medios de comunicación que vieron en ellos una herramienta fundamental para equiparar al líder "contestario" de turno con Hitler. Sin embargo limitarse a Milosevic, no era suficiente. El mundo debía reaccionar ante los genocidas serbios,criminalizar al pueblo serbio y destruir su historia. Y asi se hizo.
Los nombre de Manjaca y Omarska resonaron asociados a Mathausen , o Auswich en un ejercicio de cínismo y manipulación terrorífico por el que nadie pedirá perdón. Aunque el mismo Izetbegovic reconociera su exageración y mentiras propagadas sobre los centros de internamiento serbios. Mientras otros como Jasenovac fueron olvidados o incluso tildados como propaganda comunista o nacionalista serbia.
La inclusión de tan espinoso y desagradable tema en el juicio a Radovan Karadzhic, sólo tiene la intención de desacreditar al bando serbio, pues no tiene ningún valor probatorio en las causas que afronta el antiguo líder serbobosnio.
Entre las diferentes acusaciones hay una que llama poderosamente la atención, tanto como por los propios hechos en sí, como por su uso partidista, como por las consecuencias generadas.
Entre las diferentes acusaciones hay una que llama poderosamente la atención, tanto como por los propios hechos en sí, como por su uso partidista, como por las consecuencias generadas.
Se trata del cargo de limpieza étnica de la Krajina. Esta es vasta una región compartida por Bosnia y Croacia en la actualidad que pese a los avatares históricos que tanto gusta manejar a los periodistas sin entenderlos, fue de mayoría y alma profundamente serbia . Durante la guerra civil fue claramente yugoslavista defendiendo su organización como un ente territorial autónomo diferenciado de Croacia y Bosnia. Esto como dijo Momcilo Krajisnik, hoy preso y ayer Antiguo Presidente del parlamento serbobosnio acusado de genocidio, nació como respuesta a la centralización y la anulación absoluta de los derechos de los serbios por parte de Zagreb y Sarajevo.
No deja de ser cierto que antes que el curso de la guerra cambiara con la alianza croato-musulmana impuesta por los Estados Unidos, las milicias serbias impulsaron a que gentes croatas y musulmanas dejaran sus hogares y se produjeron crímenes y represalias contra ellos. Hechos como la destrucción de aldeas como Kozarac son recogidas por el sumario de las acusaciones contra los antiguos dirigentes de la República de la Krajina.
Así tal como otras afirmaciones utilizadas por la ARK como defensa que se han vuelto en su contra:
Así tal como otras afirmaciones utilizadas por la ARK como defensa que se han vuelto en su contra:
"La misión de la región de la Krajina era destruir el "estado de Alija"( en referencia a Izetbegovic)"
"Muchos de los croatas y musulmanes que abandonaron la zona lo hicieron por propia voluntad".
La línea de defensa de Karadzhic abunda en apoyar la destrucción del "estado de Alija" como un objetivo legítimo y una reacción contra la política bosnio-musulmana basada en la Declaración Islámica del mismo Alija Izetbegovic. En la cual se afirmaba la superioridad moral de los musulmanes sobre todos los demás y otros axiomas no recogidos por el TPIY como era el de destruir el orden no islámico , suprimir toda institución secular , y negar la coexistencia pacifica y los derechos de los infieles. Poco más o menos que volver a la añorada vilayet otomana pero radicalizada con sangre e integrismo.
Esta propaganda fundamentalista le costó al futuro "padre" de la Bosnia multiétnica, una pena de cárcel bajo el régimen de Tito muy inferior a las que fueron condenados otros acusados por "crímenes" tales como pedir el multipartidismo o ser partidarios del comunismo soviético. Una tendencia que la Yugoslavia titoista siempre mantuvo en lo relativo a Bosnia y a las repúblicas periféricas en el intento de equilibrio que perjudicó severamente al pueblo mayoritario y a quienes se sentían y declaraban ciudadanos yugoslavos.
Esta propaganda fundamentalista le costó al futuro "padre" de la Bosnia multiétnica, una pena de cárcel bajo el régimen de Tito muy inferior a las que fueron condenados otros acusados por "crímenes" tales como pedir el multipartidismo o ser partidarios del comunismo soviético. Una tendencia que la Yugoslavia titoista siempre mantuvo en lo relativo a Bosnia y a las repúblicas periféricas en el intento de equilibrio que perjudicó severamente al pueblo mayoritario y a quienes se sentían y declaraban ciudadanos yugoslavos.
La pervivencia de un estado serbio entre los ríos Una y Drina proclamada por la 16 Asamblea de Banja Luka por Karadzhic en plena guerra no parece una prueba tan reveladora como se pretende pues a esas alturas de la guerra se habían producido ya suficientes represalias, episodios de limpieza étnica por ambos bandos e incumplimientos constantes de las treguas y planes de paz por el gobierno de Sarajevo para que su legitimidad final fuera cuanto menos relativa. Sin olvidar mencionar como los dos bandos nacionalistas hicieron del engaño y del intercambio de asentamientos y la toma y reconquista de puntos estratégicos motivos de sangrientos enfrentamientos pero también de intercambios y acuerdos "rentables"en repetidas ocasiones.
Hay que decir que la parte que hoy pertenece a Croacia prácticamente "libre" de serbios es y fue el motor de la industria textil sureslava.
No obstante no deja de ser llamativo que se juzgue la expulsión de la Krajina de los croatas y musulmanes, tras haber dictaminado este mismo Tribunal la inocencia de los Generales Croatas Gotovina y Markaç por una operación de limpieza étnica 100 veces mayor en cuanto al número de desplazados y la negación por falta de pruebas de la Operación Relámpago y Tormenta a ser considerada como una empresa criminal conjunta. Un cuarto de millón de ciudadanos yugoslavos abandonaron los hogares en los que los serbios habían vivido durante cuatro siglos, miles de ellos murieron asesinados por el ejército croata y la aviación de la OTAN. Calificar estos actos de evacuación como recogen las actas más que un eufemismo es un encubrimiento deliberado para negar las masacres injustificadas y la limpieza étnica cometidas contra los serbios en las repúblicas tuteladas por Occidente.
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