Este
pasado 17 de diciembre se celebraron en Serbia elecciones legislativas
anticipadas por decisión del partido gubernamental SNS (Partido
Progresista Serbio), especialmente de su dirigente Aleksandar Vucic . Los
comicios ofrecieron un resultado aplastante con un 47% de las votaciones afavor de la opción gubernamental teniendo la oposición menos de la mitad del
voto popular y diputados. Pese a la mayoría absoluta del gobierno la coalición
Opositora Serbia Contra la Violencia (SPN), con el 23,6% (65
escaños), apoyada por los medios de información atlantistas y ciertas instituciones dependientes de la Unión Europea hablaron antes de la misma
jornada electoral de abusos, fraude electoral y sobornos.
Nada de esto ha sido
corroborado , más bien todo lo contrario ya que la OSCE valora de forma
positiva la votación en el 93% de los distritos de Serbia durante las
elecciones parlamentarias del pasado 17 de diciembre, aseguró la Comisión
Electoral de Serbia. El presidente de la Comisión, Vladimir Dimitrijevic, se
reunió con el jefe de la misión de observación de la OIDDH en Serbia, Albert
Johnson, e informó que hubo 34 quejas sobre la votación debido a las
irregularidades y que en 34 colegios la votación se repetiría el 30 de
diciembre.
No
obstante tras conocerse los primeros datos que avalaban la irrefutable
victoria de Vucic los militantes de la Coalición opositora que ya rodeaban desde hace días el Parlamento
serbio agredieron al Director de la Oficina de Estadística Mladin Kovacic de 70
años tras saltarse los perímetros de seguridad y lanzar vallas y otros
objetos contra la sede del gobierno serbio. No haciendo pues honor a sus hipotéticas
y hondas raíces demócratas y a su repulsa a la violencia que glosa su
nombre político. La policía tuvo que cargar tras varias advertencias y
agresiones.
La campaña de protestas empezó
días antes de las elecciones (algo que por experiencia propia el lector español
más avezado reconocerá como organizado y bien financiado por terceros a diferencia
de los tumultos de Ferraz) y que parecen haber perdido intensidad tras la inapelable
debacle electoral de la opción europeísta y anti rusa que otra vez
más se revela violenta en un país del antiguo bloque comunista.
Pese a las declaraciones del
propio Vucic o del Presidente de la Duma Rusa que hablan de una nueva primavera
en Serbia provocada por actores exteriores que todos conocemos ,UE y EEUU el
muy escaso seguimiento tanto electoral como en número de manifestantes muestra además de su fracaso y de la firme decisión de
la nación serbia por seguir con su independencia y supervivencia nacional así
como por su política de no alineamiento heredada de Yugoslavia. Aunque los
medios no se hagan eco del naufragio de la opción atlantista en Serbia los
centros de poder occidentales prefieren correr un tupido velo referente a este
naufragio y seguir tejiendo la telaraña en los Balcanes dentro de la no tan
nueva geopolítica de confrontación con Rusia.
Las criaturas políticas
que encabezan este partido opositor son Miroslav Aleksic y Marinika Tepic.
Ambos de larga trayectoria opositora y pro-europea. Si bien el primero enfoca
sus discursos hacia una esfuerzo por la normalización de las relaciones
Pristina-Belgrado que faciliten su único fin , la integración en la UE como
máxima aspiración y solución para el pueblo serbio. Y todo ello en una
embustera cuadratura del círculo que le hace rechazar la independencia de
Kosovo. Mentira que no parece haber calado en el electorado serbio.
La
segunda igual de europeísta es abiertamente hostil a Rusia, vota por sanciones
contra Moscú y la inclusión de Belgrado como enemigo de Moscú , como lo es
Macedonia de Norte, nuevo satélite atlantista y sobre todo Rumania , nueva base
de operaciones anti rusa que expande sus tentáculos a Moldavia con la escandalosa
romanización de la antigua república soviética y el nombramiento de ciudadanos
extranjeros como dirigentes del país. Desde la recientemente nombrada directora
del Banco Nacional moldavo, Anca Draga, antigua Ministra de Finanzas rumana o
la Presidenta del país o el primer ministro actuales también rumanos. Obviamente pese a la oposición
mayoritariamente en contra , el gobierno moldavo apoya las sanciones a Rusia y
el envió de armas, dentro de una estrategia que da a Rumania un papel clave en
el Mar Negro contra las posiciones rusas en Crimea que están sufriendo
continuos y sangrientos zarpazos a su flota gracias la inteligencia británica y
estadounidense. Las fuerzas rusas han tenido que retirarse hasta aguas georgianas sin más reacciones que
inoperantes advertencias rusas contra Moldavia sin avances serios en el campo de
batalla. Discúlpenme este pequeño paréntesis pero Tepic es de habla rumana ,ha
trabajado para prensa rumana y desde la región de Voivodina propugna por una
federalización lingüística y cultural nunca extraña a Yugoslavia o a Serbia
pero claramente dirigida a la fragmentación y etnización nacional serbia y que engrose las ansias
expansionistas rumanas alimentadas por Occidente al modo y manera de Polonia en
el este de Ucrania.
En cualquier caso estas elecciones
han dejado patente que la nación y electorado serbio han dado su masivo voto de
confianza al gobierno actual y a su política de no reconocimiento de Kosovo ,
de no confrontación con la admirada y emocionalmente querida Rusia y la
frialdad respecto a la UE. Esta ha sido matizada por el Presidente serbio
que habla de seguir la senda de Europa en cuanto a Kosovo y a sus compromisos
adquiridos como potencial miembro a la adhesión de la UE, pero rechazando tanto
su integración en la OTAN, como su política de sanciones a Rusia o beligerancia
que se tradujera en un imposible envío de armas que Eslovaquia y Holanda
ya han rechazado pero no así otros países supuestamente opuestos a
Bruselas como Italia.
Kosovo y Metohija serán pues muy previsiblemente escenario de nuevas tensiones después de esta reafirmación nacional serbia. Nuevas pero no únicas pues vienen produciéndose episodios de violencia extrema contra la comunidad serbokosovar desde el litigio por la matriculación que terminó con cesiones de Belgrado y la supervisión de la UE.
Kosovo es el portaviones , nunca mejor dicho de la OTAN por su reforzado núcleo de tropas invasoras tras los disturbios con un mayor contingente desplegado de armas pesadas que impida la manifiesta superioridad militar serbia. Estas fuerzas pro-estadounidenses están establecidas ilegalmente en la provincia serbia y van en contra no sólo de las leyes nacionales serbias sino que se oponen a la resolución de Naciones Unidas 1244. Por el momento se ha producido un extraño silencio por parte de las autoridades extremistas albanokosovares instauradas por Occidente pero esto se deba posiblemente a nuevas maquinaciones propias y planes pendientes de aprobar por parte de sus protectores que no ven con buenos ojos la voluntad de una Serbia que porfía por ser libre y soberana.
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