La Llama Eterna

La Llama Eterna
Dedicada a los partisanos que el 6 de Abril de 1945 expulsaron al invasor fascista de Yugoslavia. En el muro se recoge la participación de las brigadas de diversos orígenes,bosniohercegovina,croatas,montenegrinas y serbias que participaron en la triunfal ofensiva. El ideal, la victoria y la muerte les unieron en el pasado. Hoy el recuerdo sigue vivo en Sarajevo, a salvo del nacionalismo intoxicador ¿Hasta cuando?

lunes, 21 de julio de 2014

Nasser Oric y la Srebrenica legitima.


El Tribunal de la Haya ha dictaminado a día 16 de Julio de 2014 a Holanda como responsable civil de la muerte de trescientos bosnio-musulmanes a quienes  según esta sentencia deberían haber protegido.
Estas personas fueron deportadas desde la zona controlada por los cascos azules holandeses y asesinadas por las tropas del ejército serbio de Bosnia, personificado por ese demonio que responde al nombre de General Mladic. Que estos actos se enmarquen dentro de la barbarie de una guerra, además civil, y que supongan un horrendo crimen no explican por si sólo todo lo sucedido en Srebrenica, hechos que se remontan tiempo atrás y que culminaron con una matanza que la propaganda de guerra de la OTAN (sigue siendo útil en tiempos de paz) ha convertido con la inestimable e imprescindible colaboración de la ONU y contra toda la lógica procesal y  lingüística en genocidio.
El contingente holandés según cuentan sus diarios, crónicas e incluso documentales fue rodeado y sometido a castigo artillero. Uno de sus soldados murió por fuego serbio. La declaración de zona segura no fue ningún obstáculo para las tropas serbobosnias y milicias de todo pelaje que les acompañaron entraran a sangre y fuego en la ciudad.Ni tampoco representó ningún problema para que la división integrista islámica comandada por Nasser Oric cometiera continuas matanzas contras las vecinas aldeas serbias, para buscar amparo bajo el paraguas de la ONU. 
El mismo que le permitió como al resto de enclaves recibir armas que rompía el embargo decretado por la propia ONU y las premisas de cualquier tratado de paz. Este extremo ha sido reconocido por altos mandos militares presentes en la operación de sostenimiento de la paz de la ONU que poco tenía que ver sobre el papel con el apoyo a una de las partes beligerantes y que tanto hicieron para que la guerra se prolongase.
Por supuesto que es cierto que hubo ejecuciones y crímenes horribles pero las cifras aparecidad recientemente dan vértigo. 
Coincidiendo con el  19 aniversario que tuvo lugar el pasado 11 de Julio en Srebrenica, uno puede leer, oír y escuchar como las víctimas van desde los siete mil hasta los nueve mil muertos musulmanes. Las cifras oficiales del gobierno bosnio musulmán de la antigua república yugoslava de Bosnia y Herzegovina hablan de 6066 cadáveres enterrados hasta el momento. Los medios los cifran en más de siete mil. Otros organismos internacionales hablan de cuatro mil restos humanos de todo origen.
En realidad esto poco importa al gobierno holandés, que pese a ser el martillo de la “conciencia europea” contra Serbia ha mostrado poco interés hacia esta sentencia, la segunda en este sentido que encaja en poco tiempo.
Cumplirá con su responsabilidad subsidiaria y las indemnizaciones llegarán a los familiares. Algo que jamás sucederá con las víctimas de la otra parte ya que ni existen, ni lo merecen.
Holanda está mucho más preocupada por sus víctimas del inaudito y muy opaco siniestro aéreo acaecido en la región de Donetsk, y por la continuación de su seguidismo atlantista que le ha llevado a una activa participación bélica, primero contra Yugoslavia, y posteriormente contra Libia y Siria.
Pero Srebrenica es el gran elemento propagandístico, la  vertebradora de la causa nacional bosnia, inexistente de per se y el recordatorio eterno de quien ganó esa guerra y como debe leerse en los manuales de historia aunque la escriban oportunistas cuando no criminales de guerra.
Pero Srebrenica pertenece a lo sagrado.Es la legitimidad de la guerra, aquello que justifica la destrucción y criminalización del pueblo serbio. Lo intocable, el holocausto puede negarse, relativizarse, la primera guerra mundial y la segunda pueden someterse al más mendaz y repugnante de los revisionismos, pero la masacre de Srebrenica es el episodio más inocente de la historia de la humanidad pese a todas las pruebas que refutan el relato que nos han impuesto.
Coincidiendo con los actos de régimen auspiciados por Sarajevo con la activa ayuda financiera internacional y de ONGS, ciento setenta y cinco víctimas fueron enterradas en el cementerio de Potoçari en la conmemoración la matanza. Miles de personas de todas los puntos de Bosnia, colegiales incluidos, a los que inculcan el costoso precio de la libertad nacional, la criminal naturaleza serbia y por el contrario la inocencia y pureza bosnio musulmana vinieron a dar el último adiós y a escuchar a uno de sus héroes nacionales.

Cada uno con sus números.

Se trata de Nasser Oric. El criminal de guerra absuelto de todos los cargos y acusado tras la guerra de tráfico de drogas, seres humanos y extorsión que fue guardaespaldas de Milosevic para convertirse tiempo después en Comandante del Ejército islámico de Bosnia. Allí estaba, pasando revista a los veteranos de la 28 división de la Armija(que forman la élite de los mejores pagados del país) en el inicio de la marcha por la paz emprendida para celebrar el 19 aniversario de la matanza. 
Ellos fueron los defensores de Srebrenica, los primeros en huir, los primeros en acaparar la ayuda alimentaria para revenderla, los primeros en asesinar a cualquier reticente, se habla de más de un de millar de (bosnio musulmanes asesinados por las huestes de oric), los primeros en esclavizar y prostituir a las cautivas serbias y también musulmanas que acabaron vendiendo a la soldadesca de las tropas internacionales, los primeros que aceptaron el intercambio de ciudades entre uno y otro bando para legitimar las correspondientes limpieza étnicas. El responsable de la muerte de más 3000 civiles de etnia serbia. El mismo militar que se jactaba de apuñalar, degollar, mutilar, crucificar y sacar los ojos a sus víctimas era hace pocos días acompañado por el embajador turco en su particular romería, la ruta de la marcha de Nezuk definida por el actual alcalde  de Srebrenica como una obligación moral en el que cada centímetro de esta ruta está cubierta de sangre. No fue lo único manchado de sangre en ese acto.


Nasser Oric aprovechó la ocasión para hacer política y reafirmar su postura que esta localidad debería dejar de ser parte de la República Srpska y pasar a la Federación. Aprovechó para reescribir con increíble cinismo su papel durante la guerra al proclamar que:

“Srebrenica podía haberse salvado. Todo habría sido diferente si yo me hubiera quedado hasta el final”

Srebrenica, la matanza de los inocentes. Capítulo diecinueve. 

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