Eduardo J.García
Los que debían ser los grandes fastos del centenario del atentado de Sarajevo terminaron el pasado tres de Julio con más pena que gloria. Los problemas técnicos fueron una constante durante la celebración de los diferentes actos, fallos de sonido, de imagen y en definitiva de organización,de la cual no escapó ni la muy mercantilista filarmónica de Viena.
Esto deslucía la gran conmemoración planteada por el gobierno bosnioislamista (moderado) de Sarajevo y financiada generosamente por la Unión Europea, especialmente por las arcas francesas que han contribuido con cuarenta millones de euros a esta efeméride.
Actitud realmente inexplicable ya que Serbia fue una de sus más férreas aliadas en la lucha contra las potencias centrales , que englobaban Bosnia y Herzegovina y Croacia como territorios del imperio austro-húngaro y que engrosaron su maquinaria bélica con decenas de miles de soldados en sus filas. Dicha alianza además de suponer varias ofensivas del ejército serbio que hoy son presentadas como victorias por el nacionalismo serbio pero que en realidad fueron mucho más perjudiciales para Serbia que para Austria-Hungría, hasta llevarla al agotamiento humano y material en un frente que aunque era de gran importancia estratégica para Viena siempre tuvieron controlado, más pendientes del enemigo italiano y ruso a pesar del heroísmo serbio.
Estos actos en realidad enmascarados por las constantes llamadas a la paz, el victimismo, la solidaridad, la discriminación activa no son más que puro y duro revisionismo como el gobierno serbio se ha encargado de denunciar por activa y por pasiva.
Es desconcertante que un antiguo pueblo vasallo, como el bosnio muestre esta docilidad hacia su antiguo señor austriaco. Pero por incompresible que parezca esto responde a dos claros objetivos políticos, una es la de entrar en la UE a manos de la antigua ocupante como ya hicieron otros dos antiguas dependencias territoriales del Imperio Austro-húngaro como son Croacia y Eslovenia.
Tampoco debe ser extraño que se revindique con tanto fervor al invasor austriaco, ya que fue precisamente el que creo el nacionalismo bosnio como freno al yugoslavismo , y a las constantes rebeliones de los serbios que allí habitaban y conformaban la mayoría de la población hasta después de la Segunda Guerra Mundial tras el genocidio croata y la limpieza étnica musulmana.
Ese incipiente nacionalismo creado es la fuente de inspiración del de hoy, de hecho la misma palabra bosniaco proviene del laboratorio vienés, que mataba dos pájaros de un tiro, enfrentaba a los musulmanes,y los alejaba de su "mamá" Turquía, y blindaba a la clase musulmana como dirigente por encima de serbios y croatas.
El segundo objetivo con la entusiasta participación francesa es en insistir en la culpabilidad serbia pasada, presente y hasta podría decirse eterna.
La servil clase política de Belgrado no hace más que proclamar su amor por una Unión Europea que la desprecia y criminaliza a la menor ocasión al pueblo serbio sin límites, ultrapasando todo paroxismo en nombre de la paz.
El agravio comparativo es evidente con estados que si perpetraron genocidios(cosa que jamás hizo ni Yugoslavia ni Serbia)como Alemania, Austria, Croacia o las repúblicas bálticas.
Mensajes como el del pasado 27 de Junio en boca de Peter Sorensen ,Jefe de la Delegación de la UE en Bosnia que no por reiterativos dejan de ser definitorios:
"El diálogo, la reconciliación , la paz, el entendimiento mutuo y la cooperación son los fundamentos de la vida común de los europeos".
Pero volvamos a hoy en día, a la dura rutina de la Bosnia real. Tras los disturbios y protestas de hace seis meses, las autoridades de Sarajevo han aprovechado la ocasión para distraer la atención y lavar su imagen de cara al exterior. Pero aunque esas voces no hayan encontrado eco alguno en la prensa escrita en español, sí se han producido. Y son precisamente algunos de los líderes de la llamada "primavera bosnia" quienes alzan más la voz en un país con gravísimos problemas de orden político, social y económico que la acercan mucho más al tercer mundo que a la Unión Europea.
"En mayo un tercio del territorio fue arrasado por las inundaciones y decenas de miles de personas siguen en la calle. Gastar tanto dinero en un acontecimiento de esta índole es simplemente repugnante. Este dinero debería ser destinado a ayudar a los damnificados" recrimina una activista del movimiento crítico que añade"si participamos en esta conmemoración será únicamente para protestar contra ella.
Según las últimas informaciones publicadas por Mediapart/ courrier des Balkans ,los daños directos de las inundaciones han sido evaluados en dos mil millones de euros, un 15% del PIB anual de la Federación de Bosnia y Herzegovina. Aunque regiones enteras siguen asoladas la UE no ha ejecutado todavía ningún plan de ayuda. Las tropas europeas de la misión de EUFOR-ALTHEA que siguen desplegadas en Bosnia apenas salieron de sus cuarteles para ayudar a la población local.
Hay que subrayar que la peor parte se la ha llevado la República Srpska.
Las calles de Sarajevo muestran en buena parte su desapego y desinterés hacia unas celebraciones que en nada ayudan a mejorar la carestía generalizada, los míseros sueldos y sus alarmantes retrasos, las pensiones cuya media nacional apenas supera los cien euros, y un índice de suicidios y de depresiones que no deja de aumentar veinte años después de la destrucción de Yugoslavia.
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