Hace casi un mes, las lluvias torrenciales y la crecida de los
ríos Danubio y Sava a su paso por la antigua Yugoslavia han provocado el peor
desastre natural en los Balcanes desde hace muchos años. La catástrofe se ha
llevado al menos cincuenta vidas, y se ha cebado especialmente en Serbia, donde
poblaciones e incluso ciudades se han visto anegadas para desaparecer bajo las
aguas entre dos ríos de monstruoso caudal. Serbia pudo asistir de alguna manera
a sus ciudadanos del desastre con sus
propios medios, helicópteros, lanchas ,hospitales de campaña y movilización de
sus fuerzas sanitarias y militares. Aunque manifiestamente insuficientes
pudieron paliar gran parte de los devastadores efectos de las crecidas. Se
organizaron desplazamientos de decenas de miles de personas cuya situación aún está
por aclarar en muchos casos, pues la mayoría proceden de regiones agrícolas y
ganaderas donde el agua ha arrasado las explotaciones agrarias y ganaderas,
elevando la alerta de epidemias por la muerte de miles de animales.
Esta semana según datos del gobierno serbio, el peligro de
epidemias ha sido erradicado. Cabe destacar que ante el gran silencio internacional,
y la total falta de interés de la Unión Europea, Rusia fue la primera en
colaborar, enviando un equipo de salvamento y más de 100 toneladas de ayuda
desde el primer momento, a la que se sumará ahora la ayuda del parlamento
territorial ruso en la cual las repúblicas y regiones de la Federación rusa se
han comprometido a seguir ayudando al " hermano pueblo serbio".
Si ante este desastre Serbia se las ve y desea, que podemos decir
de la República Srpska aprisionada dentro de la entidad de Bosnia
Herzegovina. Estas tierras y sobre todo sus habitantes en su gran mayoría
serbobosnios se han visto privadas de una verdadera intervención que pudiera
minimizar el desastre. Quedando en una indefensión total. Sin un aparato
nacional que se haya preocupado más allá de dar una cobertura mínima, se ha
vuelto a recordar el obstruccionismo que
sufre Sarajevo por parte de los serbios de Bosnia que no ayuda a las buenas
intenciones y colaboración humanitaria de sus compatriotas musulmanes y croatas.
Si bien es cierto que Izetbegovic hijo visitó las zonas afectadas, todo parece
indicar que lo hizo para reafirmar su imagen como líder nacional (discutido
tras las ya superadas protestas del invierno-otoño pasado) y de hacer
alguna aparición para los noticiarios internacionales propagando el aberrante dogma
(por falso) del multiculturalismo en el que se cimenta Bosnia y Herzegovina.
Semanas después que todas las previsiones fueran superadas a peor,
la Unión Europea llamó a una Conferencia de Donantes con centenares de
participantes así como la ONU está realizando una operación de evaluación de
daños sobre el terreno. Ninguna de las dos organizaciones ha presentado aún sus
conclusiones. La UE condiciona su ayuda a la evaluación de los daños por parte
del gobierno serbio, ardua labor en lo que siguen trabajando las autoridades serbia.
Del caso bosnio, no se tienen noticias, y es probable que una vez más la
opacidad y el silencio zanjen el asunto.
Si bien es cierto que la UE ha ayudado, lo ha hecho tarde, mal y
poco. Y buena parte de esta ayuda ha sido solidaria y voluntaria de los países
vecinos, pues nos encontramos ante una tragedia regional , y no fruto de una
política común europea que no se ha preocupado en dar una respuesta apropiada
al desastre que también ha afectado si bien de forma menor a Croacia y
Eslovenia, miembros de la UE. Evidentemente que países pobres como Hungría y
Rumanía hayan tomado casi como iniciativa propia la decisión de colaborar
con medios humanos y técnicos da una imagen de solidaridad balcánica
que no parece tener ningún interés en una UE en la que estos países siempre
serán ciudadanos de tercera división.
Pese a que fuerzas de la ONU y la OTAN campan por sus
respetos por la región con miles de efectivos, su aportación ha sido muy
escasa. Más teniendo en cuenta el gran peligro el movimiento de tierras que han
puesto fuera de control al menos 15.000 minas de la guerra civil yugoslava.
Otra dificultad más junto con la pobreza financiera de Serbia para
que las gentes vuelvan a sus casas y puedan seguir con sus vidas y rutinas
truncadas por un enorme brazo de agua sucia, unas lluvias torrenciales y una
falta de ayuda por parte de Europa lacerante, a lo que hay sumar un
silencio de los medios casi absoluto, sólo roto por el embajador de la Unicef y
deportista de élite serbio Novak Djokovic.
A día de hoy Serbia ha recibido 5000 toneladas de ayuda (compárese
con otras campañas de ayuda internacional), exceptuando a Rusia y a la diáspora
serbo-americana, y países como Turquía, Noruega ,la mayor parte es de ciudadanos y ONGs. La Cruz roja también
ha participado si bien no en España mientras si hizo campaña en países de
nuestro entorno como Irlanda. Algo que no me supo contestar Cruz Roja española.
La catástrofe también ha sido, como no podía ser de otra manera,
aprovechada por la clase política serbia que ha aprovechado la ayuda brindada por
Montenegro y Eslovenia para hacer campaña y causa común europeísta.
Las aguas del Danubio parece que nunca fueron azules, pero
seguirán siendo marrones en una Europa cada vez más parda.
Muy acertado tu artículo. Es deleznable ver como sólo interesa ayudar en aquellas catástrofes donde EE:UU tiene algún interés. Si uno empieza a ver la razones geopolíticas todo cuadra, incluído un caso reciente de un país, que luego visitó Obama con el fin de incordiar al gran dragón asiático. Quizá las razones de toda esa ayuda desinteresada, quedó oculta en España por las raíces hispanas de aquel territorio.... pero,¿nos habríamos enterado igual si ese país no fuera útil?
ResponderEliminarEn lo único que me gustaría corregirte humildemente, Edu, si me lo permites, es una cuestión puramente nominal, pero no menos importante. ¿Por qué no traducir Srpska?. En caso de confusión , siempre se podrá hablar de República Serbiaca. Creo que hay que combatir esta neolengua impuesta por los poderes fácticos mediáticos.
Miguel
Hola Miguel.
ResponderEliminarComo siempre muchas gracias y un placer contar con tus observaciones.
Usamos República Srpska para diferenciarla de la República Serbia con capital en Belgrado. El nombre oficial es republica serbia (eso quiere decir srpska)pero evito así los equivocos y de paso nos ahorramos el uso , que este si obedece a los intereses fácticos, de república serbia de Bosnia, pues no reconocemos que la exrepública tenga legitimidad alguna como país, y de hecho ni siquiera lo es , más allá de un ente territorial gobernado por gobiernos extranjeros, y una unión entre enemigos croatas y musulmanes con dos fines, el recibir capital foraneo y el arrinconamieto de los serbiosbosnios. Bosnia y Herzegovna no cumple absolutamente con ningun requisito que lo convierta en una nación, y ni siquiera puede llamarse país , más alla de los deseos geopolíticos atlantistas.
Por tanto usamos Republica Srpska, Bosnia como territorio ,nunca como realidad política.
Un saludoy espero habr aclarado nuestras razones.
Un abrazo