Ricardo Ruiz de La Serna Analista político, abogado y profesor de la Universidad CEU-San Pablo. |
Los días 17 y 18 de marzo de 2004 turbas de albano-kosovares desataron una ola de violencia contra los serbios de Kosovo que dejó ocho muertos, cuatro mil desplazados, novecientas casas quemadas, iglesias y templos profanados, cementerios y escuelas arrasadas y una mancha de vergüenza en las tropas internacionales que no lo impidieron. La catedral de Nuestra Señora de Ljevi? (siglo XII) fue incendiada el 17 de marzo al igual que la iglesia de la Santa Salvación y el monasterio de los Santos Arcángeles (siglo XIV). Desde Svinjare hasta Pec y Prizren -en el corazón de la Serbia medieval- los serbios debieron escapar de sus casas con lo puesto. Muchos lo perdieron todo. Algunos jamás han podido regresar a sus hogares.
Hace nueve años de esto.
Esta semana el Primer Ministro serbio y Ministro del Interior, Ivica Dacic, lamentó que no se produjesen avances en las negociaciones con los albaneses representados por Hasim Thaci. Las relaciones entre Belgrado y Pristina siguen estancadas después de algunos acuerdos parciales que han tratado de normalizar la vida de los serbios y los albaneses de Kosovo. La provincia serbia sigue dividida de facto entre las zonas habitadas por serbios y aquellas controladas por los albaneses que reconocen al autoproclamado Estado de Kosovo. La locura de la intervención militar de la OTAN en 1999 y la irresponsabilidad de las sucesivas decisiones que culminaron en la proclamación de independencia de 2008 siguen agravando las secuelas de un conflicto que se agravó en lugar de resolverse. Hoy, sigue habiendo ataques con armas de fuego y bombas contra los serbios. Las profanaciones de los cementerios son habituales. Se han quemado casas, iglesias y hasta bosques que les pertenecían. No se ha salvado ni el monasterio de Decani, protegido por la UNESCO. Hay una media de una agresión contra los serbios cada dos días.
El destino de Serbia es la Unión Europea. Si uno toma el mapa de Europa, su centro queda en el territorio de la república balcánica, a quien Bruselas exige que renuncie al 15% de su territorio. La imposición de la Unión Europea de un acuerdo con Pristina es injusta. Por supuesto, la política tiene sus miserias y los pueblos deben soportar injusticias y humillaciones; pero esos mismos pueblos tienen memoria. La exigencia de que Serbia acepte los hechos consumados sienta un peligrosísimo precedente para otros países y consolida la exclusión de los serbios de Kosovo y Metohija en su propia tierra. Durante años, se trató a los serbios como si fuesen los culpables de casi todo lo que les ocurría. Sus víctimas fueron silenciadas y quedaron ausentes del discurso público. El dolor de los serbios apenas importaba a nadie. Hubo excepciones- ahí está Peter Handke y algunos intelectuales rusos, por ejemplo- pero, en general, Europa ahogó a las víctimas serbias en el silencio.
Las agresiones de 2004 fueron una repetición de las de 1999, que a su vez se remontaban a los actos terroristas del Ejército de Liberación de Kosovo (UÇK) los años anteriores. Sin duda, en Kosovo había un problema de exclusión de los albaneses pero la solución no eran ni el terrorismo, ni los bombardeos, ni el patrocinio internacional de la secesión de una parte de Serbia. Ahora, lo único que les cabe esperar a los serbios de Kosovo y Metohija es que los albaneses permitan una agrupación de sus municipios con ciertos poderes de Gobierno; y ni siquiera eso les permiten. Entre 1991 y 2006 Yugoslavia fue destruida, varias generaciones de sus habitantes sufrieron el horror de las guerras civiles, las posguerras, los discursos de odio y las políticas radicales. En algunos lugares se exaltó la memoria de los colaboracionistas nazis, en otros se exaltaron la sangre, la venganza o la matanza en nombre de lo humano o lo divino. Entre el 24 de marzo y el 11 de junio de 1999 aviones de la OTAN bombardearon día tras día la República Federal de Yugoslavia. El pueblo serbio soportó una humillación que no se impuso ni a los derrotados de la Segunda Guerra Mundial.
¿Así se solucionan los conflictos? ¿Es que no hemos aprendido nada del siglo XX?
La Unión Europea debe centrar sus esfuerzos en que Hasim Thaci ceda y no en que las dos partes se pongan de acuerdo como si estuviesen asistidas de la razón por igual. Las Resoluciones de Naciones Unidas y la Historia están de parte de Serbia y de los serbios, que han hecho esfuerzos formidables como sociedad y como pueblo para acercarse a la Unión Europea, que insiste en exigirles cosas que no se exigieron a ningún otro país por trágico que fuese su pasado.
Por eso, en este aniversario de los crímenes de 2004, esta columna pide justicia para los serbios.
http://www.elimparcial.es/justicia-para-los-serbios-120188.html
Buen articulo, me ha gustado leerlo.
ResponderEliminarMuchisimas injusticias en los balcanes, Kosovo es las mas reciente. La verdad esque y aunque sean independientes, yo creo que nunca van a llegar a vivir en paz y en armonia, con sus vecinos, la gente no volvera feliz y no sera un pais prospero.
En lo que respecta a EU, ojala que ningun pais balcanico mas se una. Me rio yo de la democracia Europea y de toda esa propaganda sobre tolerancia que intentan promover con eso de ser Europeos.
Europa es simplemente una agrupacion para practicar la usureria a gran escala entre paises. Que derechos ni que chorradas, hay gente suicidandose, durmiendo en la calle, robando... Si no tienes dinero, no tienes derecho a educarte, ni a estar sano, ni a tener un juicio justo... Muchos pueblos de Europa se odian mas entre ellos que las gentes de los balcanes. Europa pende de un hilo y caera pronto, el capitalismo esta llevando a los pueblos a la catastrofe.