Bajo este lema se convocó el pasado lunes día 11 de Julio
un presunto acto de homenaje a las
víctimas de los tristemente célebres
hechos conocidos como la
masacre de Srebrenica.
El acto se celebro en la plaza de Sant Jaume, situada entre el Palau de Generalitat y el
Ayuntamiento y contó con el beneplácito de este último para la celebración,
ubicación y difusión, al tener una desmesurada cobertura en las noticias de
BTV(Tv Municipal), dada su escasa asistencia que en ningún caso superó la treintena de personas , al ocupar una pieza informativa de cincuenta
segundos dentro del telediario de las 22:00 horas.
Entre los allá reunidos, unos cuatro bosnios y el resto
personal catalán pertenecientes a las ONGS
que idearon la puesta en escena y discurso y que tanto han hecho por la justicia, democracia y la
reconciliación en la ExYugoslavia.
Estos generadores de opinión con aspecto de no haber sufrido
demasiadas estrecheces a juzgar por sus
curvas de la felicidad y sus polos de marca,
tildaron a los serbios como
“ Chetniks fascistas que continúan conculcando los derechos de la población
bosnia”.
Dieciséis años
después, y nada ha cambiado.
En la presentación del homenaje se mezclaron sin ningún distingo los conceptos de recuerdo para las
víctimas y de libertad para Jovan
Divjak, entrelazándolas en un mensaje que en ningún momento mostró el merecido respeto a las víctimas y
cuyo discurso iba en una sola dirección: el culpable es Serbia.
La detención de Karadzic o Mladic y su presencia ante el TPI, sólo ha sido
posible gracias a la acción de la policía y justicia serbia .Sin embargo no
parecen ser hechos suficientemente significativos como tampoco lo es el perdón
ofrecido por el presidente de dicha
república. Ahora el agravio es Divjak.
Se encendieron velas por las víctimas del “genocidio” serbio
y se leyó el mensaje del que fue General en jefe de la defensa de Sarajevo, Jovan Divjak por
supuesto en catalán, con guiños del propio Divjak en dicho idioma agradeciendo
al pueblo catalán tanta ayuda y
colaboración..
Este está retenido en Viena por una orden de detención
cursada por el gobierno de Serbia que a diferencia de otras fue aceptada por la
INTERPOL y la justicia austriaca, y cuyo arresto y pago de la fianza han sido
un factor importante para movilizaciones masivas bosnias.
Este señor que goza de
gran popularidad en Bosnia, adalid de la “Bosnia multietnica” y
considerado como el auténtico Salvador de
Sarajevo esta acusado de ser el
instigador de un ataque contra un contingente del ejército federal que
se retiraba bajo el amparo de los cascos
azules de las Naciones Unidas tras el confuso y aún hoy muy oscuro secuestro de
Alija Itzebegovic y supuesta toma del
Aeropuerto de Sarajevo por parte del ejército.
Esta operación militar o acto terrorista( si se tratara
de vidas de tropas aliadas) costó la
vida a 42 reclutas yugoslavos.
Antes de su deserción o cambio de bando, la justicia militar
federal ya le acusó de desvíos de
importantes fondos monetarios y
armas del ejército yugoslavo.
Estos son elementos a considerar que ponen en entredicho la
conveniencia de manipular un acto que debería ser un sentido y legítimo
homenaje a las víctimas .En cambio se convirtió en un enaltecimiento y
reivindicación política de un personaje, con cuanto menos partes oscuras por
esclarecer.
¿Nos encontramos ante un uso y abuso de las víctimas con
fines netamente partidistas?
La respuesta es de ustedes, la evidencia de todos.
Srebrenica sirve de escudo contra cualquier acusación de
actos criminales por parte del bando bosnio-musulmán.
Esto también es aprovechado para establecer absurdos e inexistentes paralelismos tan queridos por
los nacionalistas catalanes, siempre tan perezosos intelectualmente.
Tampoco van mal para limpiar conciencias
o conseguir subvenciones.
¿Pero hasta cuando?.
¿Y cuantas fisuras irán acumulándose en esta coraza?
Se presentará también Srebrenica como freno para la hipotética
adhesión de Serbia a la UE, una vez cobradas las indemnizaciones de Holanda.
El tiempo y las relaciones dentro de la Federación con la
República Srpska nos lo dirán.
Las víctimas merecen algo mejor; respeto, recuerdo y honra.
Y lo merecen todas, pues también hubo Srebrenicas para los serbios a muy pocos
kilómetros de Potoçari.
Y es que hay unas que son más víctimas que otras.
Como bien evidenció lo que debió ser un encuentro para la solidaridad y recordatorio
de la barbarie de la guerra.
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