La Llama Eterna

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Dedicada a los partisanos que el 6 de Abril de 1945 expulsaron al invasor fascista de Yugoslavia. En el muro se recoge la participación de las brigadas de diversos orígenes,bosniohercegovina,croatas,montenegrinas y serbias que participaron en la triunfal ofensiva. El ideal, la victoria y la muerte les unieron en el pasado. Hoy el recuerdo sigue vivo en Sarajevo, a salvo del nacionalismo intoxicador ¿Hasta cuando?

jueves, 2 de marzo de 2023

Acuerdo hacia el reconocimiento de Kosovo

El fracaso militar y estratégico ruso en Ucrania ha costado a su ejército en un año más víctimas mortales que a todo el ejército soviético durante  la guerra de Afganistán de 1979 a 1989. Sin duda alguna una gran victoria para la OTAN.

La guerra ha dejado en evidencia la incapacidad de sus oficiales, la pésima organización y mostrado las vergüenzas de un cuerpo armado obsoleto y de una rigidez estructural con graves carencias en casi todos los escalafones. El ejercito ruso esta muy lejos de ser la segunda potencia militar del mundo pese a su enorme superioridad de fuego. Las fuerzas aéreas rusas ni  siquiera  han  podido imponer su  dominio aéreo en las zonas del frente. 

Lo que supone que cada envío de armas occidentales, primero los Himars, después la artillería, hoy los tanques y mañana los cazas supongan airadas quejas y amenazas desde Moscú que no se corresponden con una respuesta firme en el campo de batalla más allá de bombardeos estratégicos o pequeños y costosos avances que no suponen ninguna ventaja significativa.

La guerra no está decidida, Artemovsk-Bakhmut no termina de caer pese a las constantes noticias que hablan de una victoria rusa que no se produce y que costará un precio de  sangre inconcebible  para cualquier Estado Mayor posterior a la Primera Guerra Mundial. La toma, de producirse finalmente  de lo que quede de esta ciudad no  supondrá un final para la resistencia de un ejército ucraniano armado hasta los dientes por la OTAN, resuelto a la lucha  y conocedor tanto del terreno como de la táctica de su enemigo. 

La victoria rusa no rompería el frente de batalla, y Kramatorsk y Slaviansk seguirían quedando muy lejos tanto en distancia como en sangre. Si los ucranianos mantienen la posición, lograrán otra victoria militar de gran eco propagandístico. En cualquier caso  habrán desgastado al ejército ruso (no olvidemos que es el invasor/atacante) o mejor dicho al grupo Wagner  y podrán continuar con su programa de destrucción  sistemática de la riqueza de la zona industrial del Donbas. Gracias a las armas occidentales con mayor alcance tendrán  casi todas las infraestructuras civiles a tiro y continuarán castigando  a la población civil rusófila  con mayor crudeza  e impunidad en lo que constituye un evidente proceso de limpieza étnica. Una vez arrasado y despoblado de cualquier habitante incomodo se aplicará  ese plan Marshall que anuncia la UE de reconstrucción de Ucrania  y de dependencia económica  para el fin de la guerra. Sólo una por ahora improbable y aplastante victoria rusa lo impedirían.

Pero fue  otra batalla anterior, la de Kherson  la que  centró la atención del gobierno serbio. El propio presidente Vucic vio estos combates como  los que determinarían la guerra. Incluso llegó a mencionar Stalingrado. 

Como sabemos terminó con la  retirada rusa de más de 30,000 soldados y miles de civiles que huyeron junto a  ellos por  miedo a las represalias de los soldados de su propio país que ya habían desencadenado tanto  masacres de civiles sospechosos de ser prorrusos (quien es realmente ucraniano más allá de Galitzia) como  ejecuciones de prisioneros rusos  tras la debacle de  Járkov donde los rusos fueron avasallados.  

Los parecidos con  la Operación Tormenta que preparó la OTAN y ejecutó  junto a la Croacia de Tudjman contra los territorios de mayoría serbia en la Krajina  no han pasado inadvertidos para  los militares serbios .  Esta derrota sin paliativos, sumada a la todavía más amplia de Járkov ya mencionada además de otros reveses en el Donetsk y el Donbás no solo supusieron el desprestigio absoluto del que  se presentaba como hombre fuerte del ejército ruso, Sergei Suroivikin, “el Pacificador de Siria”  sino un viraje para la política de Serbia. Sus  militares bastantes más dúctiles y perspicaces que los rusos vieron las similitudes con lo que se conoce ya en algunos medios militares moscovitas como escenario croata. Han sabido valorar de forma preclara las consecuencias y el estado  real de las  fuerzas rusas en un teatro de operaciones similar a los de las guerras yugoslavas en  el que se desenvolvieron bastante  mejor que los euroasiáticos.

Belgrado ha sufrido estos pasados meses fuertes campañas de presión por parte estadounidense, con la policía militar albanokosovar de fuerza intermediaria  y el apoyo de amenazas  económicas constantes por parte de la UE, especialmente de la Alemania de los Verdes.

Serbia, está sola. Su camino a la UE empieza a ser a ojos de su gobierno la única alternativa factible. Ello comporta el abandono programado de Kosovo, su reconocimiento y posteriores conversaciones que tampoco le brindarían  la entrada en el espacio común europeo. Sólo una integración en la OTAN la asegurarían. Con buques de guerra de la OTAN fondeando en Montenegro sería el cepo sobre un mundo eslavo con veleidades de independencia o simple supervivencia frente a la supremacía occidental. Lo de Montenegro, debería servir de advertencia a Crimea y a unas bases rusas que en pocos años podrían ser de la OTAN. si tal como está escrito y analizado por cualquier militar competente, la OTAN lanza una ofensiva contra Zaporiyia  y Melitopol que parta en dos las posesiones rusas en el oeste ucraniano.

Serbia y Ucrania a un año del inicio de la invasión rusa. Ucrania aún reconoce a Kosovo como parte de Serbia 


Vucic, sabe que Kosovo es irrenunciable para la mayor parte de la población serbia como también lo es el apoyo a Rusia. Pero también sabe que su posición entre ambos campos, empieza a estar cada vez más desnivelada. Las presiones para sumarse a los sanciones  económicas contra Rusia, ha supuesto por un lado  beneficios que recibe fondos y a miles de ciudadanos rusos pero también   un freno para su integración en la UE  e incluso una amenaza  para mantenerse en el  poder .  La maquinaria de Bruselas  sigue creando  corrientes de inestabilidad, alarmismo mediático   y peligro de intervención tanto en Kosovo como en la República Srpska de Bosnia amenazando con el espantajo de aliados de Putin.  Tampoco hay  que soslayar la merma de la capacidad de defensa aérea serbia  frente a nuevas posibles amenazas de la OTAN  ya que los baterías de mísiles antiaéreos  rusos S-300 no han llegado por el embargo. El  equilibrio del pequeño país balcánico bascula y no es el único.

China  tendrá que reducir sus centros de interés e influencia en Europa debido a la agresiva campaña de expansión estadounidense  en Asia que la está rodeando de bases. Cuatro más en las Filipinas y un  millonario fortalecimiento militar tanto del ejército taiwanés, el  japonés como del surcoreano. Los intercambios económicos post-covid y la dependencia  energética de Rusia pueden ser su talón de Aquiles en poco tiempo del que EEUU sacará provecho. Biden ya esta restringiendo el acceso chino a los semiconductores  en el mercado internacional y la activa gira internacional de Blinken  trabaja para obstaculizar sectores económicos clave  chinos. La excusa ideal ,las sanciones contra empresas chinas que tengan relaciones con las de su vecino ruso para socavar el apoyo diplomático chino e ir estancando la economía rusa a corto-medio plazo. Una guerra larga beneficia a los EEUU en todos los frentes.

El entramado económico ruso ha sido hasta ahora mucho más eficaz que el militar. No obstante ninguna economía dedicada a ser suministradora neta de materias primas puede subsistir sin una coyuntura que lo permita. China e India parecen ser las claves, ¿pero que puede suceder  de aquí en un año?

Arabia Saudí ya ha empezado a vender petróleo al gobierno de Zelensky, Argelia reabre su embajada en  Kiev. El mundo que aspiraba y deseaba hace unos meses otro orden mundial o una reivindicación de un necesario regreso de los “No Alineados” como salió de la última cumbre Árabe empieza mover ficha hacia destinos nebulosos pero más pragmáticos. No hay una potencia  militar que pueda hacer vislumbrar un nuevo cambio de paradigma.

 Y si la guerra de Ucrania se anuncia como larga y de desgaste, por un bando ruso que se ha equivocado prácticamente en todas sus decisiones, por el otro  Biden dijo alto y claro que Estados Unidos había llegado a Ucrania para quedarse y  no se iría jamás. En Iberoamérica conocen mejor el significado de esas palabras que en ningún otro lugar.

Belgrado también es buen entendedor y vista la disparidad de fuerzas  procura mantenerse en el alambre haciendo equilibrismos  y piensa en planes de contingencia. Pero eso no depende de ellos, su peso y fuerza son  más que relativas y el apetito de victoria y de humillación de la UE y de EEUU demasiado voraz. 

Un ejemplo de ello lo dio el mismo Alexander Vucic.  Explicó que su país sufrió amenazas de Bruselas para el acuerdo entre Belgrado y Pristina: "Dijeron que las consecuencias de rechazar el plan sería detener la integración en  la UE. Algunos dirán '¡guau!',  tengo que recordarles que esto significaría la retirada de inversiones. Hoy, 80.000 personas trabajan en fábricas de propiedad alemana. También amenazaron con una serie de otras medidas, incluida que Serbia se convertiría en un paria, aislado del mundo". 

El plan que se ha anunciado estos días  auspiciado por Francia y Alemania en el seno de la UE otorga la independencia de facto a Kosovo. La expedición y reconocimiento de pasaportes, matrículas propias a la provincia ocupada militarmente por la UE y OTAN de Kosovo y Metohija son  una clara muestra. Belgrado aplazará la firma todo lo posible, ya que depende de dos frentes, el de la  guerra de Ucrania  y del interno con una  oposición por parte de la mayoría de la población. Extremo que vemos no sirve de gran cosa cuando entran en liza los poderes occidentales como se aprecia en el caso búlgaro, griego o moldavo, otro casus belli en curso y segundo o tercer frente de esta guerra mundial por delegación contra Rusia.

Vucic pretende contemporizar su firma y presentarse ante su opinión pública con dos grandes líneas rojas; el reconocimiento de Kosovo en la ONU  que entra en conflicto con el artículo cuarto de los acuerdos y el de las Asociación de Municipios de Kosovo habitados por serbios. La  existencia de este órgano político contemplado en las propias resoluciones de la ONU  nunca ha sido tolerada por los albaneses de Kosovo ya que daría representatividad y cierto poder legislativo a un colectivo al cual quieren erradicar. Esta negativa sostenida podría dar aire a los serbios, pero resulta bastante ingenuo creer que sean los albano-kosovares quienes decidan la suerte del tratado final.

 A continuación los puntos principales acordados:

Reconocimiento mutuo de sus respectivos documentos y símbolos nacionales (pasaportes, diplomas, matrículas, etc.).

Respeto a la "igualdad soberana de todos los Estados, a su independencia, autonomía e integridad territorial, al derecho a la autodeterminación y la protección de los derechos humanos y la no discriminación", tal y como recoge la Carta de la ONU.

Resolución de cualquier conflicto entre las partes por la vía pacífica.

Serbia no se opondrá a la adhesión de Kosovo a ninguna organización internacional.

Garantía de autogestión para la comunidad serbia en Kosovo, como el apoyo financiero desde Belgrado y un canal de comunicación directo entre los serbios y el Gobierno kosovar. 

Formalización del estatuto de la Iglesia ortodoxa serbia en Kosovo y protección de los lugares relacionados con el patrimonio religioso y cultural serbio en base a los modelos europeos existentes.

Misiones permanentes establecidas en la sede de cada Gobierno.

Ambas partes han dado su visto bueno al acuerdo pero persisten las discrepancias sobre su aplicación. Esto ocurre por la demanda de Serbia de instaurar primero la Asociación de Municipios Serbios en Kosovo, ZSO, antes de firmar el texto. En marzo se realizará otra reunión para seguir negociando la implantación de dicho plan.

 Según el texto de 11 puntos, sin perjuicio del reconocimiento del estatuto de la otra parte, ninguna de las partes recurrirá a la violencia para resolver una disputa ni tratará de impedir que la otra se adhiera a organismos internacionales, una exigencia clave de Kosovo.

 "Las partes desarrollarán entre sí relaciones normales y de buena vecindad basadas en la igualdad de derechos. Ambas partes reconocerán mutuamente sus respectivos documentos y símbolos nacionales, incluidos pasaportes, diplomas, placas de matrícula y sellos aduaneros", según el artículo 1 del texto.

 El plan también pide a ambas partes "que garanticen un nivel adecuado de autogestión para la comunidad serbia de Kosovo y la capacidad de prestación de servicios en áreas específicas, incluida la posibilidad de apoyo financiero por parte de Serbia".

 El plan también incluye una referencia directa al proceso de ampliación de la UE.

 "Ninguna de las Partes bloqueará, ni animará a otros a bloquear, el progreso de la otra Parte en su respectivo camino hacia la UE basándose en sus propios méritos", afirma el artículo 5 del texto, con una referencia específica a los valores fundamentales consagrados en los tratados de la UE.

Aunque ha sido un miembro de la UE,Rumania el  que más firme  ha rechazado el reconocimiento  internacional de la provincia serbia. Rusia ha sido tibia y España no se ha pronunciado al igual que la mayoría de  países que se oponen.

 

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